I ROBOT

Seguramente muchos de los que me estáis leyendo habréis visto la famosa película de Will Smith «Yo Robot»

Y muy posiblemente aquellos enamorados del mundo de la robótica y la ciencia ficción como yo habréis descubierto a Isaac Asimov y sus 3 leyes de la robótica, a saber:

  1. Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes están en oposición con la primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no esté en conflicto con la primera o segunda Leyes.

Manual de Robótica

56ª edición, año 2058

Estas tres leyes nos son presentadas en la película, pero hasta ahí llega su relación real con la obra de Asimov.

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En la obra de Asimov tenemos un conjunto de historias, contadas casi a modo de anécdotas de la mano de la doctora Susan Calvin, y en estas pequeñas historias, Asimov nos plantea distintas situaciones donde se ponen a prueba las 3 leyes.

Hay una historia en especial cuya paradoja me llamó la atención más que las demás, el robot en cuestión era un equipo especialmente caro y el gobierno había decidido subirle la prioridad a la tercera ley, a fin de reforzar que este protegiese mejor su integridad estructural y sufriese el menor daño posible. Le dieron entonces a la tercera ley tanta prioridad como a la 1.

Pues la situación que aparece en esta historia es la de unos operarios que están atrapados en un crater, expuestos a elevadas temperaturas y corren riesgo de morir, estas temperaturas son peligrosas para el robot también, pero si el robot accede al crater podría sacar vivos a los operarios a costa de su integridad física.

La paradoja aparece cuando el robot, empujado por la primera ley, corre hacia el crater, pero al llegar, empieza a correr en círculos alrededor, bloqueado en un bucle, ya que mientras que la primera ley le requiere que entre al crater, la tercera modificada le impide entrar por no poner en riesgo su integridad estructural.

La conclusión de esta historia la dejo en el aire para que quien tenga interés se adentre en esta joya literaria.

En lo personal, este libro me fascinó

Yo, Robot (Pocket) de Isaac Asimov: Bien Encuadernación de tapa ...

Y se lo recomiendo a todo aquel que ame tanto la robótica como soñar despierto.

 

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